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Hoy en México estamos celebrando el día del Niño, así que hay fiesta por todos lados y sonrisas y ojitos llenos de chispitas de alegría y de aosmbro, actitud propia de la infancia.
Pues yo me senté con ellos a ver el Festival que les tenían preparado los pradres de familia en el colegio y lo gocé al igual que ellos.
Pero tristemente, no todos los pequeños pueden celebrar este día con gozo. Ayer por ejemplo muchos niños marcharon por las calles de EUA, pidiendo no sigan con las redadas contra indocumentados, es decir contra sus papitos y con lágrimas en los ojitos, que me hicieron estremecer de pies a cabeza, pedían se reformen las leyes de migración.
La situación de miles o millones de niños es lamentable, vergonzosa y desafiante para nosotros los adultos, quienes les estamos haciendo el mundo sin mirarlos, sin tomarlos en cuenta a ellos que son los principales herederos del mismo.
Aquí les paso una nota de La Jornada de ayer, para que nos demos cuenta de cómo viven mucho niños y niñas que hoy no tienen nada que celebrar; y más abajo una oración que hice con algunos de ellos, fue una experiencia muy bonita, se las dejo por si les sirve.
La niñez mexicana, entre la espada y la pared
El Día del Niño es una de las celebraciones más promocionadas en México. No es para menos, después de todo los menores representan el futuro. Lamentablemente, miles de infantes mexicanos no tienen nada que festejar y enfrentan situaciones que ponen en peligro su desarrollo y el del país.
La seguridad de los niños es responsabilidad de sus parientes adultos o de las autoridades, en caso de faltar aquéllos. Pero la realidad es que cada día hay más infantes en condiciones de extrema vulnerabilidad. Abandonados por sus padres y asediados por un entorno ofensivo, los menores se las tienen que arreglar como pueden para sobrevivir.
El Distrito Federal es un buen ejemplo de las difíciles condiciones que deben enfrentar muchos pequeños. Se calcula que, de 1999 a la fecha, 12 mil familias del DF en promedio pidieron permiso a la Secretaría del Trabajo y Previsión Social para que sus hijos trabajen. Dadas las precarias condiciones económicas del país, los padres se ven en la necesidad de emplear a sus vástagos para completar el gasto, lo cual significa, muchas veces, que dejen de golpe de ser niños, algo que los marca para siempre y limita sus oportunidades de crecimiento de cara al futuro.
En este sentido, la Organización Internacional del Trabajo señala que, ante este panorama, es claro que "no existe respeto total a los derechos de los niños, pues cada vez es mayor la demanda de trabajo para este sector".
El problema es mucho mayor, en realidad, pues existe un "mercado negro", en el que cientos de menores hacen casi lo que sea para obtener algunas monedas, en las más horribles condiciones. La gravedad del asunto radica, en gran parte, en que no existen estadísticas fiables que den cuenta del número de infantes que trabajan en las calles de la ciudad de México.
Los niños de la calle son un problema que debería avergonzar a toda la nación. De acuerdo con datos oficiales, las instituciones públicas y privadas de la capital mexicana atienden a unos tres mil pequeños desamparados. Muchos de ellos tienen problemas de adicción y arrastran tras de sí historias de maltratos.
No son pocos los que enfrentan abusos sexuales, ante la indiferencia de autoridades y legisladores. Diputados del Partido de la Revolución Democrática denunciaron que en el DF unos 5 mil niños son víctimas de la explotación sexual; datos de la UNAM señalan que 16 por ciento de las 500 sexoservidoras de La Merced tienen menos de 18 años. Ante este panorama, resulta patético que en el DF la pederastia se tipifique actualmente como un delito menor.
Para colmo, la principal arma para combatir la exclusión y la indefensión que padecen estos niños, la educación básica gratuita, queda de hecho cancelada. De acuerdo con un estudio de la Unicef, por lo menos 34 mil defeños de entre cinco y 14 años no asisten a la escuela debido a la criminal pobreza en la que viven.
La situación es aún peor en comunidades marginadas, como las indígenas. La Unicef señala que los niños indígenas tienen 5.5 veces más posibilidades de no estudiar que sus pares mestizos.
Los datos anteriores revelan sólo una pequeña parte del problema, pues en el resto del país los menores no encuentran mejores condiciones de vida. De hecho, en amplias zonas de Guerrero, Oaxaca y Chiapas los niños viven un verdadero infierno.
En suma, más que festejar, es urgente establecer medidas para rescatar a parte importante de la niñez mexicana, expuesta a abusos y maltratos, condenada a la eterna marginación, expulsada de la sociedad. Las autoridades tienen ante sí un gran reto para blindar a la infancia en su conjunto y garantizar el pleno acceso a sus derechos humanos. No hay que olvidar que ellos, los niños, deben construir el México del siglo XXI. Si no se hace nada para resolver este problema, se compromete el futuro del país.
Oración por los Niños.
Con un cirio, fotos de niños de diversas culturas y alrededor de ellos colocamos algunas hojas blancas, colores o acuarelas.
Empezamos con un canto que hable de niños
Empezamos con un canto que hable de niños
Hacemos una pequeña introducción, invitando a los niños a estar con Jesús a través de un momento especial de diálogo con él en el que les quede claro que Jesús nos invita a ese momento porque:
- Nos ama mucho y quiere hacérnoslo saber y sentir.
- Jesús quiere celebrar nuestra vida de niños.
A través de la oración, quiere que nos unamos a muchos niños y niñas que sufren enfermedad, hambre, maltrato, la tristeza de no poder ir al escuela porque no hay los recursos, la tristeza de verse separados de sus papás.
Encendemos el cirio
Luego pedimos a un niño que encienda el cirio, con el que vamos a representar la presencia de Jesús que es luz en nuestra vida y nos ayuda a vivir el camino que llega hasta la casa de su papá Dios y que también es papá nuestro y mientras es encendido podemos cantar algo que hable sobre la luz...
Dibujos
Les invitamos a mirar las fotos de los diferentes niños y a pensar qué sienten al verlas. Hay que hacerles participar para que ellos digan en voz alta cómo descubren el mundo en el que viven ellos y eso niños y qué sienten ante eso. Ellos descubrirán que hay violencia, hambre, basura, golpes, etc.,etc A partir de lo que ellos descubren y lo que sienten, invitarles a dibujar el mundo en el que les gustaría vivir.- Luego, les invitamos a tomar una hoja blanca y colores. En esa hoja van a dibujar cómo es el mundo en el que ellos quisieran vivir y que Jesús quiere para todos.
Cuando terminen su dibujo, los invitamos a mirarlo y a hacer un momento de silencio para platicar un minuto con papá Dios sobre lo que dibujamos - Luego cada uno irá poniendo su dibujo alrededor del cirio y al colocarlo, cada uno dirigirá a Dios una oración de petición para lograr ese mundo que dibujaron.
- Mt. 19, 13-15
Enseguida les decimos que vamos a leer las palabras de Jesús Mt. 19, 13-15, porque a través de ellas él tiene un mensaje especial para nosotros.
Entonces trajeron a Jesús algunos niños para que les impusiera las manos y rezara por ellos. Pero los discípulos los recibían muy mal. Jesús les dijo: “ Dejen que los niños vengan a mí”: el Reino de los cielos, perteneces a los que son como ellos.”Jesús les impuso las manos y continuó su camino.
Compromiso
Para terminar, les entregamos un globo que van a inflar y en él escribirán su compromiso para colaborar a que otros niños puedan ser felices y para que no se les impida acercarse a Jesús.
Y terminamos con un canto muy alegre.
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