
Y como dice la canción, estoy de vuelta en la comunicación cibernética (disculparán el silencio, pero la máquina no funcionaba) y esta vez para compartir un poco la experiencia vivida en la Pascua de Jamay y que había prometido compartir.
Bueno, pos empiezo diciéndoles que tuvimos dos pascuas, la primera para adolescentes con participación de poco más de 160 chiquillos inquietísimos y en la segunda con unos 200 jóvenes.
Ambas fueron una bella experiencia, pero sobre todo la juvenil tuvo un añadido especial de la alegría y mucho ánimo, puesto que un grupo de músicos de Jamay, con mucha generosidad se estuvieron preparando con tiempo, aprendiendo cantos religiosos, los bailes de cada canción para poder apoyar la Pascua, a la que le dieron un vibra padrísima con sus sonidos de guitarras eléctricas, batería y todo lo que llevaban. Adultos que se metieron en el ambiente juvenil para alegar a los chicos en serio, yo valoré mucho eso, ver esos señores ahí los tres días, metidos en todas las actividades, cuando pudieron haber pasado con sus familias esos días de descanso.
En toda la pascua estuvimos apoyados por la gente del Seminario de la Barca y Guadalajara. Todos metidos en serio, haciendo un solo equipo de trabajo, y con mucho entusiasmo en esta celebración de la luz y del amor.
Les comparto, aquí entre nos, que el grupo juvenil que organizó y con el que ahora trabajo, me edificaron muchísimo, aprendí enormemente de ellos, Dios me habló fuerte a través de estos chicos y chicas, que se echaron toda la semana metidos en pascuas, la de adolescentes primero y la juvenil después. Una banda que sabían muy bien lo que tenían que hacer, responsables cada uno de su tarea, generosos, con una coordinadora que confía mucho en ellos y todo salió muy bien; por supuesto, ellos felices de haber trabajado en serio. Es un grupo de jóvenes maravillosos, entusiastas, responsables y limpios de corazón.
El viernes hicimos una marcha del silencio en la que participó la comunidad. Había muchos niños, adultos, personas de la tercera edad, todos ellos, encabezados por los jóvenes y adolescentes que intentaban ir en silencio meditando en la expresión del amor más grande que puede haber: la de Jesús en la cruz; la del amigo que es capaz de dar la vida por los otros, por los que ama para compartirles su vida y vida en plenitud. Vivimos durante el recorrido, una fuerte experiencia de un amor que no escatima, que no calcula, que no exige como condición para dar y lo pudimos palpar en Jesús, el hijo amado del Padre.
El sábado, la celebración de la Vigilia Pascual junto con la comunidad fue intensa para mí, al ver tantos adolescente y jóvenes metidos en el silencio y la solemnidad de una noche que con sus tinieblas hacía el anuncio del triunfo de la luz, marcó mi corazón. Yo viví fuerte esta celebración, sentada en el suelo de la plaza de Jamay, donde se realizó la Vigilia y observando todo y escuchando con mucha atención cada lectura, saboreándola, sobre todo la cuarta, en la que me sentí muy identificada y escuchando también cada movimiento de mi corazón en noche de Vigilia, pidiendo que la LUZ se hiciera para todos.
Bueno, pos empiezo diciéndoles que tuvimos dos pascuas, la primera para adolescentes con participación de poco más de 160 chiquillos inquietísimos y en la segunda con unos 200 jóvenes.
Ambas fueron una bella experiencia, pero sobre todo la juvenil tuvo un añadido especial de la alegría y mucho ánimo, puesto que un grupo de músicos de Jamay, con mucha generosidad se estuvieron preparando con tiempo, aprendiendo cantos religiosos, los bailes de cada canción para poder apoyar la Pascua, a la que le dieron un vibra padrísima con sus sonidos de guitarras eléctricas, batería y todo lo que llevaban. Adultos que se metieron en el ambiente juvenil para alegar a los chicos en serio, yo valoré mucho eso, ver esos señores ahí los tres días, metidos en todas las actividades, cuando pudieron haber pasado con sus familias esos días de descanso.
En toda la pascua estuvimos apoyados por la gente del Seminario de la Barca y Guadalajara. Todos metidos en serio, haciendo un solo equipo de trabajo, y con mucho entusiasmo en esta celebración de la luz y del amor.
Les comparto, aquí entre nos, que el grupo juvenil que organizó y con el que ahora trabajo, me edificaron muchísimo, aprendí enormemente de ellos, Dios me habló fuerte a través de estos chicos y chicas, que se echaron toda la semana metidos en pascuas, la de adolescentes primero y la juvenil después. Una banda que sabían muy bien lo que tenían que hacer, responsables cada uno de su tarea, generosos, con una coordinadora que confía mucho en ellos y todo salió muy bien; por supuesto, ellos felices de haber trabajado en serio. Es un grupo de jóvenes maravillosos, entusiastas, responsables y limpios de corazón.
El viernes hicimos una marcha del silencio en la que participó la comunidad. Había muchos niños, adultos, personas de la tercera edad, todos ellos, encabezados por los jóvenes y adolescentes que intentaban ir en silencio meditando en la expresión del amor más grande que puede haber: la de Jesús en la cruz; la del amigo que es capaz de dar la vida por los otros, por los que ama para compartirles su vida y vida en plenitud. Vivimos durante el recorrido, una fuerte experiencia de un amor que no escatima, que no calcula, que no exige como condición para dar y lo pudimos palpar en Jesús, el hijo amado del Padre.
El sábado, la celebración de la Vigilia Pascual junto con la comunidad fue intensa para mí, al ver tantos adolescente y jóvenes metidos en el silencio y la solemnidad de una noche que con sus tinieblas hacía el anuncio del triunfo de la luz, marcó mi corazón. Yo viví fuerte esta celebración, sentada en el suelo de la plaza de Jamay, donde se realizó la Vigilia y observando todo y escuchando con mucha atención cada lectura, saboreándola, sobre todo la cuarta, en la que me sentí muy identificada y escuchando también cada movimiento de mi corazón en noche de Vigilia, pidiendo que la LUZ se hiciera para todos.
Y qué les cuento, luego de la celebración de casi tres horas, todos, jóvenes y adolescentes a las calles de Jamay a cantar para anunciar el gozoso anuncio de la resurrección, del triunfo del amor, acompañados del grupo musical, que iban bien preparados con todo su equipo de sonido en grandes camionetas, dando alegría a todos los que iban brincando, cantando, abrazados, gozosos, con una alegría que no necesita del alcohol para sentirse en el alma. A las tres de la mañana se les acabó la batería a estos chicos (gracias a Dios) y todos se fueron a dormir a sus casas, para otro día estar bien preparados, en la kermes de la Parroquia.
Todo esto me movió fuertemente, todo esto me llenó de esperanza y de nuevos retos ante estos chicos y chicas de hoy, que más que rollos aburridos o moralistas, piden testimonios de vida.
Todo esto me movió fuertemente, todo esto me llenó de esperanza y de nuevos retos ante estos chicos y chicas de hoy, que más que rollos aburridos o moralistas, piden testimonios de vida.
Yo ahora sigo meditando en todo esto, en la forma como todo quedó en mi conciencia, porque fue fuerte y porque voy experimentando una nueva forma de estar en la realidad, una nueva forma de vivirla, nacida de la búsqueda en la que vivo.
Los fenómenos aprehendidos de la vivencia de los otros y los míos propios, están haciéndose presentes en mi conciencia, con una exigencia de meditación, de contemplación, una contemplación que me vaya llevando a encontrar a la esencia de ellos y del conjunto de la experiencia y en la que ahora siguen surgiendo pregunta de cómo ayudar a esta juventud después de lo sucedido en la Universidad de Virginia .
Los fenómenos aprehendidos de la vivencia de los otros y los míos propios, están haciéndose presentes en mi conciencia, con una exigencia de meditación, de contemplación, una contemplación que me vaya llevando a encontrar a la esencia de ellos y del conjunto de la experiencia y en la que ahora siguen surgiendo pregunta de cómo ayudar a esta juventud después de lo sucedido en la Universidad de Virginia .
Estos días me he dado mis espacios para dedicar un buen rato a esta reflexión, ya casi les hago competencia a los antiguos filósofos que se ponían en actitud filosófica contemplativa para llegar a la esencia de todo lo que les asombraba, pero la neta (como dicen los chavos), estoy segura que eso, me hará dar el brinco al diálogo con el Dios de la vida, que en definitiva es la esencia principal y primera que da razón a todas estas experiencias.
Y ya se acabó el rollo, los dejo y nos vemos en la próxima
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