Estos últimos, han sido días muy especiales: de mucho silencio, introspección, de desprendimientos y distancias que duelen, hechas a través de acuerdos compartidos.
Estos últimos días he comprendido y experimentado el significado de "Caminando con el corazón descalzo": ni pasado al que pueda volver para castigarme o auto complacerme, ni futuro que me pueda asustar y no asuma la responsabilidad de hacerme cargo del hoy; el caminando es presente real y posibilitante de experiencias nuevas que se lograrán a través de las "renuncias" a las que este Dios providente me ha invitado. Dije bien, invitado, pues NUNCA impone, siempre invita, sugiere, el resto ha sido mío. A veces sí quiero, otras me resisto, pero ay voy, sigo en camino.
El acto de los mexicanos desnudos para la foto de Spencer el día de ayer, me ha hecho pensar mucho; algunos de los entrevistados hablaban de la experiencia del encuentro y reconciliación con su cuerpo desnudo en medio de otros miles igual y creo que muchos vivieron la experiencia del origen del ser humano: "Y Dios vio que todo era bueno"; muchos llegaron a la experiencia de verse y saberse buenos, en la desnudez de su cuerpo.
Pues igual me pasa a mí, para ir viviendo la experiencia del origen y lo originario de mí misma, he tenido que pasar por muchas experiencias de descalzar o desnudar el corazón y estos últimos días me han movido fuerte el piso, hasta una gripilla me dio. Pero lo que me da la certeza de ir haciendo camino, es la paz que me acompaña en todo esto.
Y pos ya les dejo, necesito seguir en la elocuencia del silencio de esta búsqueda.
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