MANIFIESTO AL PUEBLO ECUATORIANO
Los caminantes y peregrinos que, desde el 9 hasta el 21 de Julio del 2007, hemos recorrido 350 km . desde Ambato hasta el Coca, con motivaciones de Fe en Jesucristo, Denuncia de todos los signos de muerte y Anuncio Misionero al estilo de Alejandro e Inés:
DENUNCIAMOS
1. Que hemos sido testigos de la continua depredación de la selva;
2. Que hemos sentido la pobreza de nuestra gente, la carencia de servicios básicos y la desigualdad e injusticia existente en el país;
3. Que hemos palpado las consecuencias de la descontrolada actividad petrolera y maderera;
4, Que continúa la tala ilegal de madera en el Parque Nacional Yasuní provocando el genocidio de los Pueblos Ocultos y la destrucción de este parque, Zona Intangible, Patrimonio de la humanidad y Reserva Mundial de Biosfera.
DEMANDAMOS A LAS AUTORIDADES DEL ESTADO, A LOS MIEMBROS DE LA ASAMBLEA CONSTITUYENTE Y AL PUEBLO ECUATORIANO:
Que las Autoridades cumplan con su responsabilidad de defender la vida, luchar contra la corrupción, detener la contaminación, proteger y garantizar una vida digna para todos los ciudadanos.
Se dé respuestas concretas a la lenta desaparición de los pueblos no contactados.
Se detenga y sancione a los que causan la tala indiscriminada de los árboles y la contaminación de fuentes de agua, aire suelos y subsuelos, que ocasionan la muerte de todos los seres vivos.
Se evite derrames de petróleo y, en caso de que éstos se produzcan, se sancione y se obligue a los causantes a reparar los daños ocasionados.
Que haya la inmediata puesta en práctica de los acuerdos que hacen referencia a la protección de los pueblos indígenas, al derecho a la tierra y el respeto a su cultura.
La no concesión en el Parque Nacional Yasuní a ninguna empresa hidrocarburifera, maderera o minera.
El control efectivo de las actividades extractivas en la Amazonía ecuatoriana para garantizar el derecho de los campesinos, nacionalidades indígenas y Pueblos Ocultos a la tierra, cultura e identidad.
Los caminantes y peregrinos nos comprometemos a estar vigilantes y a ser Iglesia profética y misionera en defensa de los más pobres y excluidos. Estamos decididos a seguir caminando con valentía martirial, según el Evangelio y las opciones de la Iglesia Latinoamericana renovadas en Aparecida. Pedimos que nuestros pastores lideren, animen y apoyen acciones en defensa de la vida, de las culturas y de los derechos de pueblos.
Con Alejandro e Inés, para defender la vida:
Los caminantes
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